Para conseguir que la protección contra-incendios de un espacio sea lo suficientemente óptima, es necesario comprender algunos aspectos que pueden influir en esta. El fuego es un agente destructivo que puede crecer de forma rápida cuando se le ponen a mano todos los materiales necesarios. De allí el interés de comprenderlo y manejar su química correctamente.
Hay algunos conceptos que pueden ser de vital importancia antes de comenzar a proteger áreas de posibles catástrofes incendiarias. Sigue leyendo e instrúyete un poco más sobre los factores que se ven involucrados en este proceso.
¿Qué se busca evitar en la protección contra-incendios?
Antes de proceder a las definiciones, es necesario aclarar un poco los objetivos de esta actividad enfocada en la seguridad. Como tal, la intención principal es la de prevenir cualquier tipo de catástrofe mediante la eliminación de los aspectos que pueden predisponer a estas.
Asimismo, es necesario acotar que existen ciertos aspectos que son incontrolables, como la presencia de oxígeno o instalaciones eléctricas en un espacio. De tal manera que cualquier persona que decida inmiscuirse en esta profesión deberá saber trabajar en la prevención y en el control de incendios. Con dicha finalidad, es obligatorio conocer algunas definiciones. Es preciso acotar que los sistemas de detección pueden ser útiles en estos casos.
Fuego: Definición, características y aspectos más relevantes
Todos saben lo que es el fuego, esta fuente de calor y luz que, sin el control necesario, puede ser un elemento de peligro inminente. De manera más académica, este se define como una reacción química que genera una oxidación bastante violenta y que se asocia a un material combustible. Este será capaz entonces de desprender vapores, llamas, calor y dióxido de carbono.
Del mismo modo, se le considera como una manifestación visual del proceso asociado a la combustión. Todo esto deja entrever lo que esta reacción es capaz de hacer. Pero esto no es lo único relevante dentro de la protección contra-incendios, el fuego puede mostrarse de diferentes formas y generarse de muchas maneras. A continuación, encontrarás un poco más de información con respecto a este tema.
¿Cómo se comporta el fuego?
Este agente puede tener diferentes comportamientos con respecto a la situación en que se genere y los elementos que tenga a mano. Principalmente, la ignición depende de la fuente de combustible y el oxígeno que se pueda aportar a la mezcla. Estos aspectos pueden hacer que existan varios patrones en que se desate la combustión. Entre ellos destacan:
- Capa de techo: Causada por la acumulación de gases calientes en las áreas superiores, normalmente amerita drenaje por ventilación.
- Backdraft: Basado en un ambiente donde el oxígeno se ha acabado, este depende de los gases calientes que quedan en el área y que pueden explotar. Si se agrega de nuevo oxígeno, el efecto puede ser explosivo.
- Flashover: La versión contraria al comportamiento anterior, en este caso el oxígeno es abundante, lo que permite una combustión completa en poco tiempo. Suele producir las lenguas de fuego comunes en los incendios de películas.
- Flameover: Un fenómeno propio del fuego que depende en gran parte de las condiciones en que se da el incendio. Este genera que las paredes y techos con materiales combustibles ardan de manera espontánea y simultánea.
- Rebosamientos: Existen varias situaciones en que esta situación puede generarse, principalmente, relacionadas a los incendios que involucran combustibles como el petróleo. Consiste entonces en el derramamiento del material a causa de que se alcanza su punto de ebullición. Para evitarlo, se debe drenar el agua de los tanques.
Tipos de fuego
A modo de interpretación de la situación, en la protección contra-incendios se determinan dos tipos de fuegos, según el combustible y la extensión del daño. Cada uno posee características que permiten comprender el riesgo implicado y la cantidad de pérdidas generadas.
Según el combustible
Se determinan 4 clases, siendo las siguientes:
- Clase A: Materiales que producen cenizas como el papel, la madera, los tejidos y las gomas.
- Clase B: Líquidos y combustibles inflamables.
- Clase C: De origen eléctrico, se pueden convertir en fuegos A o B al cortar la energía.
- Clase D: Metales de condición combustible como el magnesio.
Según los daños generados
Son solo tres clasificaciones y dependen en gran parte de la extensión, se los considera pequeños o escasos si se limitan a una zona. Será de daño extenso si afecta la estructura de la edificación y se limita a esta. Finalmente, es un fuego grave cuando destruye la estructura o involucra algunas zonas aledañas.
¿Cómo se determina el fuego según la fase en que se encuentra?
Adicional a la clasificación anterior, se puede determinar la fase en que está el fuego mientras arde. Hay cuatro determinaciones que dependen de las características asociadas a la ignición. Será entonces, incipiente, una fase donde difícilmente se denota y puede durar segundos a horas.
Se adiciona la combustión sin llama, se suele detectar por los productos de la combustión, normalmente no se notan cambios en la cantidad de oxígeno. En tercer lugar, está la llama libre, donde el fuego crece exponencialmente y puede extenderse rápidamente. Finaliza el cuarteto la combustión sin llama regulada por el oxígeno. Esta obedece a su nombre, pudiendo acabar junto a la falta del oxígeno.
¿Qué es el calor? Conoce como se genera y transmite
Todos relacionamos el fuego con el calor, pero estos no son más que asociaciones de procesos químicos. Mientras el fuego es la muestra de la combinación entre elementos, el calor es la energía que se produce, que es conocida como energía calorífica. El calor entonces es una medida de cantidad, puede haber mucho o poco calor.
Es necesario diferenciarlo entonces con la temperatura, que es una medida de intensidad, pues mide en grados a cantidad de calor generado. Considerando esto, se puede hablar entonces de los diferentes métodos de generación del calor, pues estos son parte fundamente en el inicio de un incendio. Existe entonces:
- Calor de origen químico: Resultado de una oxidación rápida.
- De origen mecánico: Es bastante común y se genera por fricción.
- Origen eléctrico: Dado por el flujo de corriente incorrecto, aumentos en la carga o demasiada resistencia.
- Calor nuclear: Proveniente de la fisión o fusión de átomos.
Asimismo, dentro de la protección contra-incendios se debe manejar la posibilidad de que este también puede difundirse de diferentes formas. Se conocen entonces tres maneras de que este se propague dentro de un espacio, conducción, convección y radiación.
Conducción
Entendible con base en su nombre, este método depende de la conducción del calor entre dos superficies o elementos. Normalmente se da hasta que se iguala la temperatura en los dos cuerpos o hasta que esta supera la resistencia del otro y termina quemándolo.
Convección
Asociado al aire y el agua, el calor puede transferirse entre espacios generando situaciones bastante riesgosas. Ambos elementos se expanden al aumentar su temperatura, esto genera un ambiente donde las explosiones y los daños por derrame son posibles.
Radiación
En este caso, el calor se trasfiere a través de ondas, es comúnmente utilizado en productos como los microondas. Hay diferentes tipos de radiación y el calor se genera de maneras diferentes, entre ellas pueden destacar la radiación X y la radiación ultravioleta.
Combustible, conoce este elemento esencial
Los combustibles son una parte fundamental en el conocimiento previo para comprender la protección contra-incendios. Estos pueden presentarse en los tres estados de la materia, siendo sólidos, gases o líquidos, hay algunos que pueden adoptar las tres condiciones. Adicionalmente, dependen en gran parte del oxígeno para poder incendiarse.
Existe además una teoría que explica que los combustibles deben convertirse o emitir gases para poder arder; algunos lo hacen de forma automática y otros, según su temperatura. Un ejemplo excelente es la gasolina, en estado líquido, esta no arde, lo hacen los gases que produce. Mientras la madera, en estado sólido, contiene resinas y componentes que generan los gases en cuestión.
En conjunto a este concepto general, se estudian tres elementos importantes, el punto de ebullición de una sustancia, su temperatura de inflamación y de ignición. Estos son fundamentales para comprensión del riesgo asociado a cada tipo de combustible.