Son 4: incipiente, combustión sin llama, ardido libre y combustión sin llama regulada por el oxígeno. Estas están afectadas por factores externos, de hecho, no hay dos fuegos iguales.
- Fuego incipiente: la mayoría de las veces no es detectado. Este tipo de fuego aparecerá dependiendo de la fuente de ignición y del tipo de combustible. Su duración es muy variable, va de segundos a horas, o incluso días. Es muy rápida en el caso de líquidos acelerantes en presencia de llama. Los productos de la combustión son muy escasos, solo los detecta un detector iónico, de ahí la alta probabilidad de que pase inadvertido. En fuegos provocados, puede darse la circunstancia de que el pirómano haya desconectado los sistemas de detección de incendios intencionadamente para evitar esta fase del incendio. El calor desprendido es también muy reducido, una persona no lo detectaría, a no ser que se encontrara en sus inmediaciones. Normalmente la única forma de hacerlo es mediante un detector.
- Combustión sin llama: En este tipo, los productos de la combustión son más evidentes, y no existen cambios en el oxígeno del aire. Una característica importante es que al vapor de agua, dióxido de carbono y otros gases, como partículas de combustible sin quemar, se pueden detectar mediante el olfato. Las llamas que aparecen en sus últimas etapas, pueden alcanzar hasta 1000ºF. En ciertos casos, como en el incendio de un colchón, se puede pasar de esta a la cuarta fase directamente. El colchón ardiendo sin llama consumirá el oxígeno de la habitación de origen hasta el punto de extinguirlo, dejando la habitación cubierta de una gran manto de hollín ( sería una fase 3 sin llama).
- Llama libre: En esta fase, el ritmo e intensidad del fuego crecen geométricamente. La intensidad se dobla cada 10ºC de incremento ( Q10). El calor se transmite a las zonas más altas de la estructura. También se propagará mediante conducción y radiación. Los gases sobrecalentados se convierten en una fuente de calor irradiado, enviando a este hacia las áreas inferiores. También se absorbe por conducción en la masa de esos elementos cuya superficie es alcanzada, produciendo pirólisis en la superficie ( efecto de horneado). Cuando se alcanza la temperatura de ignición de estos artículos, ocurre el flashover: las llamas cubren todo el área casi simultáneamente. El flashover, como comentamos anteriormente, es un estado de desarrollo de un fuego contenido en el que todas las superficies expuestas alcanzan la temperatura de ignición más o menos a la vez, y el fuego se extiende rápidamente. Aunque reproducido en laboratorio dura 1 ½ minutos, el tiempo real es de 8 minutos aproximadamente, o puede no ocurrir. Un signo de su inminencia es observar “hadas volando”, pequeñas porciones de gas que se inflaman. Si ocurre el flashover, puede alterar totalmente la escena del fuego, ofreciendo la apariencia de que usó un acelerante.
- Combustión sin llama regulada por oxígeno: Si la habitación es estanca al aire, la fase de ardido libre de la etapa 3 puede agotar el oxígeno. Al ocurrir esto, la llama cesa y pasa a convertirse en una corriente. La estancia se llena de humo y gas a más de 1000ºF. El calor evapora las partículas de combustible más ligeras, como las de hidrógeno y metano, de los materiales combustibles presentes en la habitación. Este gas solo precisa un pequeño aporte de oxígeno para volver a arder de forma explosiva. En este caso de produciría el denominado backdraft o explosión de humo: explosión resultante de la introducción repentina de aire en un espacio confinado que contiene elementos sobrecalentados con poco oxígeno de una combustión incompleta ( ya describimos este fenómeno con anterioridad).
Una costumbre que tienen los bomberos es tocar con la mano desnuda las puertas cerradas para detectar este tipo de combustiones, ya que si abren el acceso y permiten la entrada de aire alimentarían el backdraft. Por otra parte, maniobras de ventilación también pueden producirlos al permitir el paso de comburente fresco al fuego.
El área de origen de un fuego sin llama lento mostrará un daño uniforme en techo y suelo.
Un gas que puede ocasionar un resultado similar es el monóxido de Carbono. Aparece por oxidación del carbono en una atmósfera sin oxígeno. Este gas se mezcla con el aire hasta sus límites inflamables / explosivos: 12.5 a 74% de volumen. El CO es muy inflamable y posee una temperatura de ignición de 1128ºF. Cuando alcanza esta, toda la nube explota o se convierte en llamas, incluidas las partículas de combustible en suspensión.