Las madrugadas en el Cabo de Cruz (Galicia) son realmente movidas. Los vigilantes del pósito de Cabo de Cruz debieron emplearse a fondo debido a la presencia de furtivos. Los primeros escarceos empezaron en el muelle de Chouza. Sorprendieron a 2 ilegales cargando sacos de marisco en una lancha la que abandonaron la zona rápidamente. Los persiguieron por tierra y los encontraron en A Ribeira. Decidieron interceptarlos cuando descargaban la mercancía empezando un enfrentamiento para llevarse el bivalvo, por lo que: les Amenazaron y también les golpearon con una barra de hierro a fin de que soltaran a lancha.
Durante el forcejeo, los guardapescas debieron emplear gas pimienta para defenderse y eludir que se llevaran tanto la embarcación como el marisco. Los furtivos escaparon pero después retornaron para procurar hacerse con la mercancía requisada. Uno de ellos consiguió llevarse un saco de unos cuarenta kilogramos de bivalvo.
Según los vigilantes, el que escapó con el marisco se metió en una residencia de las proximidades, puesto que estaban descargando cerca de donde radica uno de ellos tras ser identificados.