A consecuencia de esta pandemia, muchas familias pasan por instantes muy difíciles a nivel económico. Una situación que muy frecuentemente lleva a la desesperación absoluta y nos hace cometer actos que jamás ya antes se nos hubiera ocurrido hacer. Pero desde entonces que con esta situación sobre todo nos hemos vuelto considerablemente más solidarios y humanos.
Por eso la Policía Nacional ha contado una emotiva historia aprovechando el hashtag #microcuentosreales que se ha transformado en viral. Una historia que sucedía el pasado el pasado 29 de mayo, cuando un hombre de 35 años entró en un súper del centro de Zaragoza, se aproximó a la zona de nutrición infantil y, inquieto, cogió 4 potitos que se guardó entre la ropa.
🚨Un padre de familia sustrae 4 potitos en un supermercado de #Zaragoza. Es sorprendido y llaman📞a la @policia
El agente👮♂️ que acude, viendo la necesidad del hombre, paga la comida infantil y lo deja ir#MicrocuentosReales#FelizLunes#SomosTuPolicía https://t.co/VsZF1vgDsg pic.twitter.com/gUmfKr10H4
— Policía Nacional (@policia) June 8, 2020
El extraño hurto de unos potitos
Aunque incierto creyó que no le cogerían y que había efectuado exitosamente su hurto, conforme publica ‘El periódico de Aragón’, el vigilante de seguridad se percató de lo que pretendía hacer el hombre. Con lo que le paró y decidió llamar a la policía como se acostumbra a hacer en estos casos. Mas esto solo es el principio de esta increíble historia.
Ante la llamada del vigilante, la Policía Nacional, se presenta en el establecimiento. Tras comprobar las cámaras de videovigilancia y percibir la versión del vigilante y del ‘ladrón’, lo razonable y normal es que este hubiera sido multado y obligado a devolver los conocidos potitos. Pero lo excepcional sucede cuando sale a resplandecer la parte más humana del cuerpo de seguridad.
La sorprendente reacción de la Policía Nacional
El supuesto ladrón narró la situación que le había llevado a procurar llevarse esos potitos sin pagar: padre de familia, en el paro y, dada la coyuntura económica, apenas tiene dinero para dar de comer a sus hijos. Al percibir esta historia, la policía le dio vía libre para irse. Pero ya antes de eso, uno de los agentes allá presentes, saca el dinero de su bolsillo y decide abonar el importe de los potitos.
Los allá presentes no daban crédito de lo sucedido y, como asegura el medio local, decidieron vitorear a los policías. Y es que una vez que brotase el discute, todo el planeta terminó concluyendo que el sorbo se debía a una fuerza mayor, para nutrir a sus hijos, algo “comprensible”, aseguraban. Pero sobre todo valoraron muy de forma positiva que un agente de la ley tuviera que exceder los límites de su trabajo y acceder a abonar un supuesto robo, al ponerse en la piel de un hombre que no puede nutrir a sus hijos.